sábado, 26 de janeiro de 2013

Cuspe.


Cuspo os meus pensamentos
no máis fondeiro del pozo
del meu ser.
Y cúspolos nesta llingua
que t’anoxa tanto.
Fáigolo sólo por foder.

Asina afogo el gozo
que del peto arranco,
y alimento llamentos
botándoche a cigua.

Todo esto fermento na testa
testaruda, cruel, vengatible,
qu’é tan pueril, fata y cimpre
que nun é a ver que’l que detesta
únicamente é el mirar impasible
nos tous oyos de mar que sempre
atravesan meu corpo morto
pra mirar máis pr’allá.

Máis pr’allá, unde soi outro,
outro ser, desconocido a os meus oyos,
que mira a quen cría ser cua señardá
d’us tempos que nunca foron, tempos veyos.
Tempos que quizáis soñéi en soños d’Antroido
amazcarados de realidades vividas en verdá.

Y penso que quiciabes nun seña
qu’odies esta llingua pequena,
senón a súa voluntá de sello,
de nun medrar, y ser el espeyo
d’este pequeno qu’eu soi
sen ayer nin mañá porque nomáis chora el hoi.

     Imaxe: Prohibido escupir.

segunda-feira, 14 de janeiro de 2013

A mi amigo castellano hablante (y IV).


Hablamos ya de lo que es el asturiano y de lo que es el gallego-asturiano, de dónde se hablan y, más o menos, de por qué se hablan. Cuando hablo de las lenguas de Asturias muchos me decís, con razón, que la cultura asturiana no es únicamente sus lenguas. Evidentemente, la cultura asturiana va más allá de las lenguas, como va más allá de los hórreos, las paneras o los bailes tradicionales. Y desde luego va mucho más allá de los cuatro tópicos diseñados para turistas (que si la sidrina, que si la Santina, que si la tierrina...). El problema es que hablar de la cultura en términos abstractos, es muy complejo, porque la cultura lo abarca todo. Cultura asturiana son los hórreos, pero también Ensidesa o Ceasa. Cultura asturiana son las gaitas, pero también el punk. No voy a hablar, entonces, de cultura asturiana en términos tan amplios, pero sí hablaré de algunas cosas que tienen mucha relación con la cultura y la historia de Asturias. 

¿País?

En el primer post de la serie comenté que quería hablar, entre otras cosas, del país asturiano, ¿país? Pero Asturias no es un país, el país es España. Bien, es muy común que la gente tienda a confundir los términos país, nación y estado, y tienda a pensar que las tres cosas son una misma cosa, cuando no lo son. Es evidente (es un hecho objetivo) que Asturias no es un estado soberano, sino que forma parte del estado español. Independientemente de la voluntad de cada uno, eso es un hecho. Pero eso no quiere decir que no sea un país. Personalmente no me gusta justificar el uso de tal o cual término político en función a su definición en el diccionario, porque las definiciones de diccionario no tienen por finalidad establecer los conceptos políticos, sino dar una idea de lo que significa una palabra, muchas veces sólo a grandes rasgos. Tampoco creo que las academias lingüísticas sean dioses y que, por lo tanto, sólo sus definiciones sean aceptables, ya que las academias no son las madres de las lenguas. Con todo, te interesará saber que la RAE define país como «nación, región, provincia o territorio», con lo que prácticamente cualquier espacio físico puede ser llamado país. Una de las definiciones que da para nación es «conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común». Aunque tanto los politólogos como los historiadores discuten mucho sobre qué es una nación, la idea de que una nación se caracteriza por una lengua común, un espacio claramente definido y una historia común es general. En este caso habría mucho que discutir sobre qué es una historia común, y personalmente no lo voy a hacer, porque eso daría para una tesis, y ni yo tengo la capacidad ni es lo que nos ocupa ahora.

La expresión país, en cambio, es una expresión más clara, país es básicamente un territorio. Así, aunque Asturias no tenga un estado propio, no hay ninguna razón por la que no se le pueda llamar país.

Vale, esa es la teoría, pero en la práctica nadie llama a Asturias país... No es cierto. El término país se viene aplicando históricamente (muchísimo antes de quue saliésemos los asturianistas a hablar de países), por ejemplo tenemos las expresiones carro del país, traje del país (aunque también se usa mucho la expresión traje tradicional o traje asturiano), fruta del país, vino del país... donde país no hace referencia a España, sino a Asturias. Es más, en muchas ocasiones, al hablar de vino del país, podemos interpretar que el país es un territorio de Asturias concreto, no Asturias en su conjunto.

De hecho en España existe una comunidad autónoma que se llama, en castellano, País Vasco, donde país no es sinónimo de estado. También la Comunidad Valenciana se conoce comunmente en lengua catalana (en valenciano) como País Valencià (País Valenciano), aunque oficialmente sea la Comunitat Valenciana. También en otros estados, más centralistas que el nuestro, como en Francia, hablan del País del Loira (Pays de la Loire) para referirse a una de sus regions, e incluso del País Vasco francés (Pays Basque) para referirse a un territorio que ni siquiera tiene unas fronteras claramente definidas (porque el País Vasco francés no es ni una región ni un departamento, sino que está en el departamento de los Pirineos Atlánticos, en la región de Aquitania, junto con el territorio histórico de Bearn). Todos conocemos los Países Bajos, aunque a pesar del plural tenemos claro que constituyen una sola unidad política, pero no hablamos del País Bajo, por lo que si usamos el plural será que entendemos que los Países Bajos son más de un país, aunque sean un solo reino.

En definitiva, en lengua castellana (como en muchísimas otras, también el gallego-asturiano y el asturiano) la palabra país puede usarse para referirse a un estado (”cuando fui a Francia no conocía el país”, donde el país es, claramente, Francia, un estado) o a un territorio distinto (“cuando fui a Asturias no conocía el país”, o“en Asturias ya casi no se usa el carro del país”, donde el país es Asturias, o “en Ibias pude probar el vino del país”, donde el país puede no ser ni España ni Asturias, sino el territorio del que es propio ese vino, en este caso la tierra de Cangas). De hecho, en determinadas ocasiones la palabra país podría transcender fronteras, y así la expresión País Vasco puede ser usada para referirse al país vasco español, al francés o a la suma de ambos. Así, el vino del país puede referirse a un vino de Rioja, y ese país puede incluir perfectamente La Rioja (comunidad autónoma) y La Rioja alavesa (en el País Vasco). Esto es, la palabra país es una palabra polisémica. Si te fijas, la palabra paisano (que en castellano se usa para referirse a alguien de tu mismo lugar y en asturiano y gallego-asturiano para referirse a cualquier persona) quiere decir el que es del mismo país, viene de país (lo que pasa que en gallego-asturiano y asturiano amplió su significado original hasta referirse a cualquier persona, sea de donde sea).



Carro del país. El país del que es propio este carro es Asturias.


¿Por qué usar la palabra país para referirse a Asturias y no la palabra provincia? La palabra provincia hace referencia a un estatus legal que tiene un territorio. Asturias es una de las 50 provincias españolas, y una de sus 17 comunidades autónomas. Si me refiero a Asturias como comunidad autónoma, irremediablemente me estoy refiriendo a su condición legal que mana de su Estatuto. Si me refiero a Asturias como provincia hago referencia a su relación administrativa con España (por ejemplo “cuando pongas la dirección, no te olvides de escribir la provincia”, o “en el código postal, los dos primeros números señalan la provincia”, ya que el sistema estatal de correos tiene en cuenta las provincias para su funcionamiento). En cambio, la palabra país se refiere a un territorio por sí mismo, independientemente de la relación que tenga con otros territorios, e independientemente de que ese territorio forme parte de otro territorio mayor. Así, cuando hablo de vino del país y pienso en Cangas, no niego por ello que ese país, la tierra de Cangas, forme parte de Asturias, pero tampoco pongo el acento sobre su asturianía.

Así, un país es un territorio con características comunes, esas características pueden ser unas pocas (pueden tener en común, únicamente, producir un mismo vino), o pueden marcar identidades, como la identidad asturiana. Como creo que Asturias no sólo es una subdivisión de España y punto, sino que tiene personalidad y características propias, me encuentro muy cómodo usando la palabra país, que, como te dije, tiene un uso tradicional muy extendido.

Pero hablar de Asturias como país suena nacionalista. Si así fuera, no hay ningún problema, pues en un estado democrático se puede defender el nacionalismo periférico sin ningún problema. Pero aún así, no es cierto que sea una expresión nacionalista, de hecho hablarás con total naturalidad el País Vasco y no por ello eres militante del PNV, ¿verdad? Es muy común referirse a Asturias como país, ¡si hasta Cascos uso esa expresión! Y no creo que Cascos sea sospechoso de ser separatista. También Fraga usó la palabra país para referirse a Galicia, y tampoco Fraga podía haber sido acusado de nacionalista gallego, más bien fue siempre un nacionalista español.

¿Asturias es España y lo demás tierra conquistada? 

Esta es una afirmación que muchísimos asturianos repiten con orgullo y devoción. Aunque, paradógicamente, es una expresión que, aunque en boca de asturianos, nunca escuché en lengua asturiana ni en gallego-asturiano. Quizá es una tontería, sí, pero me parece significativo reseñarlo. Bien, esa afirmación, es sencillamente falsa. En este momento todos mis amigos historiadores (especialmente medievalistas) me van a arrancar la piel a tiras por explicar las cosas de una forma tan limitada. Bueno, este post no pretende ser una clase de Historia medieval de Asturias, así que me vais a permitir que lo explique muy deprisa y corriendo.

Cuando los moros entran en la Península Ibérica y llegan hasta Asturias (porque sí, los moros llegan a tomar Asturias y montar una gobernación en Xixón, a cargo del gonbernador Munuza), establecen unos impuestos que los cristianos que vivían en estas tierras lo consideraron abusivo, además toman ellos un poder que antes tenían otros. Así, por uno o por otro, Pelayo acaudilla a los cristinaos contra los moros y funda el Regnum Asturorum, que significa “reino de los ástures”, aunque solemos traducir como Reino de Asturias. No voy a entrar a divagar sobre quién era Pelayo, si era un godo, un ástur, un cántabro, un soldado, un príncipe o un dentista, porque no viene a cuento. Lo cierto es que es nombrado princeps (que en latín quiere decir el principal, el número uno, no príncipe como lo entendemos hoy). Después cuando muere ya su hijo Fruela será rex (rey). El Reino de Asturias va creciendo, hasta llegar a territorios muy lejanos de la actual Asturias, como a territorios de Portugal.

Hoy estamos acostumbrados a que un país tenga una capital y punto, pero en aquel entonces lo que era más normal es que los reyes pudiesen cambiar su Corte según las necesidades del momento, así al principio la Corte del rey estaba en Cangues d’Onís, después en Samartín del Rei Aureliu, en Pravia y en Oviedo. ¿Por qué cambiaban de lugar las Cortes? Pues porque según el reino iba creciendo la Corte se ponía más cerca del lugar hacia el que se expandía, para que las noticias llegasen rápido al rey, y porque según unas ciudades iban cogiendo relevancia, tenían más probabilidades de que la Corte se instalase allí.

El Reino de Asturias también se extendió al sur, hacia León. Y allí acabaron poniendo la Corte. Entonces pasó a llamarse Reino de León, aunque también hay quien lo llama Reino Astur-Leonés, porque en el fondo el de León es la continuación del de Asturias. Al Reino de León pertenecía el Condado de Castilla. Como curiosidad decir que el Condado de Castilla era un poco las tierras que estaban en el quito pino del Reino, y decir que cuando los nobles castellanos llegaban a León los leoneses se reían de ellos por lo mal que hablaban. Porque los nobles castellanos hablaban en castellano, y los leoneses en leonés (asturiano), y lo fino era hablar asturiano, mientras que hablar castellano era un poco de paletos. Bueno, esto es un poco la explicación para dummies, pero creo que se entiende.



La Península Ibérica en el año 1037.


Entonces los castellanos van cogiendo más fuerza y se independizan. Sí, los castellanos fueron independentistas con respecto a los leoneses. Pasa el tiempo... Y Castilla es un Reino independiente, que pugna con León por el poder de La Meseta. Finalmente el Reino de Castilla acaba conquistando al de León. Es decir, primero Castilla pertenece a León, después León y Castilla son reinos independientes, y después León pertenece a Castilla.

Entonces el castellano ya se va convirtiendo en una lengua más respetada, hablar castellano ya no es paleto, fundamentalmente porque ahora son un Reino, y el castellano es la lengua de los poderosos (no como antes, que los poderosos estaban en León).

Pero si siempre se dijo que Asturias es España y lo demás tierra conquistada. Hay que tener cuidado con el uso que hacemos de la palabra siempre, porque en ocasiones ese siempre no es tan antiguo como creemos. ¿Desde cuando se dice esa frase? No lo sé, y la verdad es que tampoco me quita el sueño (porque en caso de que se llevase diciendo trescientos años no hace que sea más cierto que si se llevase diciendo cincuenta). El hecho de que una cosa se diga muchas veces, y que tenga cierto éxito entre la gente (porque sirve muy bien para enarbolar un orgullo provinciano) no hace que sea cierta. Como te comenté hace nada, cuando Pelayo se enfrentó a los musulmanes, estaba muy lejos de pensar en una idea de España.

En ocasiones vemos la historia de Asturias sólo como una nota en la historia de España, pero por el contrario, no aceptamos, o aceptamos malamente, la posibilidad de ver la historia de España como una nota en la historia de Europa, o la historia de Europa como una nota dentro de la historia de la humanidad. Es decir, creemos que la historia sólo puede ser Historia de España, porque así viene en letras doradas en nuestros viejos libros de la escuela, y porque en ellos aparece desde el hombre del Sidrón hasta nuestros días. En cambio, creo que estaremos de acuerdo en que el hombre del Sidrón de ninguna manera podría ser ni español ni asturiano. Sobre esto, el historiador Faustino Zapico decía:

«La Historia de Asturias es la gran desconocida para los asturianos y asturianas de hoy. Conocemos de nuestro pasado únicamente que algunos episodios de relevancia especial presuntamente insertos en la Historia general de España: la resistencia de los ástures contra los romanos, el inicio de la monarquía ástur con Pelayo y la batalla de Cuadonga, la revolución de 1934... Muchos de esos episodios, la mayoría de las veces, se conocen desde una perspectiva mítica y esencialista, vinculada por completo a la idea de la preexistencia de un ente intemporal, España, al que los asturianos parecen predestinados a rescatar en las circunstancias más dramáticas. Esa concepción mítica es compartida por buena parte del actual mapa político, y forma parte de los tópicos del discurso mayoritario. Los actuales planes de estudio, que deberían servir para enseñar a los estudiantes asturianos una visión más global y más crítica de su Historia, que permita ver a este pueblo como algo más que la fiera dormida que despierta cuando la patria española está amenazada, sirven, más bien, justo para lo contrario, para insistir en esa visión simplona, esencialista y anecdótica de nuestro pasado colectivo, gracias a los currículum de Ciencias Sociales aprobados por el gobierno del Principado hace algunos años.»[1].

¿Pero Asturias no es un Principado como recompensa por reconquistar España? No. Mucha gente cree que Asturias es un Principado como premio por haber echado a los moros en la batalla de Cuadonga, que es lo que queda de aquel Reino de Asturias. Bueno, lo cierto es que entre que nace el Reino de Asturias y que Asturias se convierta en un Principado pasa mucho tiempo, y no fue como premio, sino como castigo. En la Edad Media había reyes, sí, pero mandaban más bien poco, porque los que mandaban mucho eran realmente los señores feudales. Poco a poco los reyes fueron cogiendo más poder y los señores feudales tenían menos, y, claro, eso no les gustaba. En Asturias un grupo de nobles, liderados por el conde de Noreña, Gonzálo Peláez, se levantaron contra el rey de Castilla (Asturias ya hacía mucho que formaba parte del Reino de Castilla), porque querían recuperar aquel poder que habían ido perdiendo (con esto no quiero decir que Gonzalo Pelaez fuese un independentista asturiano, como hay quien puede decir, porque no es cierto). Entonces el rey de Castilla los subyugó e instauró un Principado, para que Asturias estuviese controlada directamente por la familia real, y así los tenían más controlados. Eso es lo que pasó, más o menos, en todos los Principados, como el de Viana o Girona (los dos de la corona hoy española) o Gales (de la corona británica).

Hay que recordar cosas como que los moros y los cristianos no estuvieron en guerra continua, es más, los moros guerrearon entre ellos y los cristianos entre ellos, hasta el punto de aliarse moros con cristianos. Entre la batalla de Cuadonga y la expulsión de los moros por parte de los Reyes Católicos pasan 800 años. Los moros llevaban 800 años en la Península Ibérica. Para que te hagas una idea, los blancos llevan sólo 500 años en América, doscientos años menos. Vamos, que no podemos hablar de la Edad Media como si fuesen un par de siglos.

Cultura. 

Hay mucha gente que cuando piensa en la cultura asturiana piensa en los hórreos, las madreñas, el pericote y la sidra. Muy bien, todo eso forma parte, indudablemente, de la cultura asturiana, aunque no son necesariamente rasgos exclusivos de Asturias. Así, debemos saber que también se bebe sidra en otros territorios del mundo, desde el País Vasco hasta Canadá, pasando por Bretaña (Francia), los Estados Unidos o Inglaterra. Evidentemente no son exactamente igual, como no son exactamente igual los vinos de Cangas que los de La Rioja o los de California. Tampoco los hórreos son exclusivos de Asturias, y construcciones parecidas se extienden por el mundo. En concreto, el hórreo asturiano se extiende también por Galicia, hasta muy cerca de Lugo capital. Del mismo modo, el cabazo se extiende entre Viveiro (Lugo) y Cuideiru (Asturias), y es un elemento más de la cultura arquitectónica asturiana.




Hórreo asturiano con cubierta de teito,  panera, cabazo y hórreo gallego.


¿Eso quiere decir que no son elementos tan asturianos como creíamos? No, evidentemente no. Son elementos completamente asturianos, eso lo que quiere decir es que la cultura, al contrario de lo que pasa con las lenguas, no es una realidad fácil de meter dentro de unos lindes. En el caso de las lenguas nos encontramos con fenómenos de especial relevancia que señalamos como frontera entre lenguas, en el caso de la cultura, aunque está claro que no todos los fenómenos tienen la misma importancia (no es igual de importante el tipo de calzado que usa un pueblo, como la división de trabajos que hace, por ejemplo), sería mucho más difícil establecer una frontera, sobre todo en nuestra sociedad occidental, donde todos bebemos de unos mismos orígenes (latinos, germánicos...) y donde la relación entre pueblos es muy grande. Es decir, en una población 100% asturiana que come kebabs, ve películas americanas y escucha la música de la MTV. Evidentemente, aspectos como las madreñas, los hórreos o las canciones tradicionales tienen relevancia en la definición de la cultura asturiana, por eso es tan importante que ninguna de estas cosas se pierdan, y por eso hay gente grabadora en mano recorriendose los pueblos de Asturias y recogiendo todo ese acerbo cultural.




Sidra irlandesa, aunque parezca 
cerveza se hace con manzana.


Lo mismo puede pasar con aspectos como los gastronómicos (no por nada unos pueblos comen fabada y otros gazpacho), aunque estaría bien no exacerbar algunas cosas. Recuerdo una vez que una persona profundamente marcada por su identidad española, podríamos decir que profundamente españolista me preguntó si me gustaba el vino. Lo cierto es que a mí no me gusta mucho el vino, así que le dije que no, y apostillé que me gustaba más la sidra, a lo que ella contestó «ah, claro, como eres asturianista te gusta más la sidra, pero yo soy española y me gusta el vino». Realmente no sé por qué llegó a la conclusión de que mis ideas políticas me hacían más degustador de sidra que de vino, ni entendí muy bien cómo lo que definía, para ella, a un buen español tenía que ser el gusto por el vino. Lo cierto es que si comparé el vino con la sidra no fue porque pensase en una España vs. Asturias, sino porque las dos son bebidas fermentadas que se extraen de una fruta, del mismo modo que cuando digo que me gusta más el vodka que el ron no estoy mostrando más simpatías por Rusia que por Cuba. Supongo que esta chica desconocía que, por un lado, se hace sidra también fuera de Asturias, y por otro lado que en Asturias también se produce vino, sobre manera en el Occidente (de hecho existe la Denominación de Origen Vinos de la tierra de Cangas). Y no sólo eso, sino que también fuera de España, e incluso de Europa, se produce vino.



Vino de Cangas servido en cachu, el recipiente en que tradicionalmente se sirvió este vino 
y etiqueta de vino Ḷḷumés, etiquetado en asturiano.

No es la primera vez que lo gastronómico y lo identitario se juntan, teniendo que dar explicaciones de por qué si me gusta una cosa y no otra, todas ellas en clave política, nunca meramente gastronómica (como sería lo natural). Cabe concluir que si me gusta más el kebab que la hamburguesa es porque siento más simpatía por turcos que por estadounidenses...
No es nada rara esta mezcolanza de ideas, de hecho, de ahí sale un concepto tan usual como el de dieta mediterránea.

¿Qué le pasa a la dieta mediterránea? Deberías saber que la dieta mediterránea no existe. Es un invento propagandístico para promocionar determinados bienes de consumo (como el aceite de oliva) en los que España (o mejor dicho, una parte de España) son productores natos. Primero hay que aclarar que lo que en España se conoce como mediterránea hace referencia nada más al Mediterráneo español, de lo contrario deberíamos determinar que el kebab y la pizza son productos propios de la dieta mediterránea, lo mismo que el cuscús (que se come en un montonazo de países bañados por el Mediterráneo).
No existe una dieta mediterránea porque no existe una dieta común al Mediterráneo, ni al Mediterráneo español, ni a España. ¿Cómo va a existir una dieta común si hasta no hace tanto la gente consumía lo más cercano? Por poner un ejemplo, el aceite de oliva es de consumo y producción habitual en el sur de España y en el Mediterráneo, sí, pero en todo el norte se consumió siempre más el de girasol, que también se produce (y en Cantábrico directamente se usaba manteca de cerdo, el aceite lo empezaron a conocer nuestros abuelos). ¿Cómo puedes ir por los campos de Palencia, llenos de girasoles, y decir que lo español es el aceite de oliva?


Arriba: Olivos. 
Abajo: Girasoles.
Los distintos modos de producción de aceite



No es mi intención discutir sobre gastronomía ni sobre producción aceitera en el Reino de España, son sólo algunos de los pocos ejemplos con los que quiero reseñar la cantidad de tópicos que se suelen generar a la hora de hablar de culturas. En ese sentido conviene no confundir cultura con tópicos, y conviene recordar que la cultura es tanto la cultura tradicional como la cultura moderna, y que Asturias está abierta a una y a otra, y que tanto para una como para otra son válidas sus lenguas, y de eso mucho nos pueden decir los distintos músicos, cineastas, compañías de teatro, escritores, presentadores de televisión... que generan cultura en asturiano y en gallego.



Cartel del concierto de Dixebra en la Sala Taibo de Madrid y componentes del grupo rock Bacotexo.
El asturiano y el gallego-asturiano pueden perfectamente servir para producir cultura moderna
y para exportarla.
Abajo: Festival Internacional de Cine de Xixón.




Cierre.

Esta es la Asturias que muchos vivimos, una Asturias que tiene personalidad propia, que tiene lenguas propias y que no es simplemente una división de un estado. No voy a entrar en cuestiones de qué relación han de tener Asturias y España, porque creo que eso no es para esta serie, aunque sea algo de lo que hablé más de una vez en El Paporrubio y de lo que sin duda hablaré más veces. Sí que, con todo, creo que España es una realidad pluricultural, donde conviven (unas veces en armonía, otras no tanto) distintas colectividades culturales. El respeto a esas colectividades pasa necesariamente por reconocer su igualdad. Espero que esta pequeña serie de post, a veces inconexos, casi siempre incompletos, hayan servido para arrojar un poco de luz sobre algunas cuestiones que quizá te hagan plantearte cómo es sentir y vivir en una lengua que no es la castellana, y ¿quién sabe? quizá te animes a acercarte a las otras dos lenguas de Asturias y a las demás expresiones culturales, que constituyen una parte fundamental de nuestro ser colectivo.




[1] Zapico Álvarez, Faustino, La revolución de Mayu de 1808. Ed. Trabe, Uviéu, 2007.

«La Historia d’Asturies ye la gran desconocida pa los asturianos y asturianes d’anguaño. Conocemos del nuestru pasáu namás que dellos episodios de relevancia especial presuntamente ensertos na Historia xeneral d’España: la resistencia de los ástures contra los romanos, l’aniciu de la monarquía ástur con Pelayo y la batalla de Cuadonga, la revolución de 1934... Munchos d’esos episodios, les más de les veces, conócense dende una perspectiva mítica y esencialista, vinculada dafechu a la idea de la preesistencia d’un ente intemporal, España, al que los asturianos paecen predestinaos a rescatar nes circunstancies más dramátiques. Esa concepción mítica ye compartida por bona parte del actual mapa políticu, y forma parte de los tópicos del discursu mayoritariu. Los planes d’estudiu actuales, que deberín servir p’aprender a los estudiantes asturianos una visión más global y más crítica de la so Historia, que permita ver a esti pueblu como daqué más que la fiera dormida qu’esconsona cuando la patria española ta amenazada, sirven cásique xusto pa lo contrario, p’aneciar nesa visión simplona, esencialista y anectótica del nuesu pasáu colectivu, gracies a los currículum de Ciencies Sociales aprobaos pol gobiernu del Principáu va dellos años.»

quinta-feira, 10 de janeiro de 2013

A mi amigo castellano hablante (III).


Hablamos ya de lo que es el asturiano y de lo que es el gallego de Asturias, de dónde se hablan y, más o menos, de por qué se hablan. Una cosa que siempre levanta ampollas es el tema de la toponimia, el nombre de los lugares. Intentaremos, como buenamente podamos, aclarar un par de ideas.

¿De dónde vienen los nombres de los pueblos?


Esto es algo que todos nos preguntamos alguna vez, ¿por qué mi pueblo se llama como se llama? Evidentemente los pueblos se llaman como se llaman por algo, algunos pueblos tienen nombres muy claros, que se ve bien qué significan, otros que más o menos se ve lo que significan y otros con significados muy difíciles de ver incluso para los estudiosos.

Hace poco una señora en Ortigueira (Coaña) reconocía que allí siempre se dijo Ortigueira, pero que a ella no le gustaba, y por eso usaba Ortiguera, en castellano. Supongo que a esa señora le enseñaron desde pequeña que hablar en gallego era hablar mal, probablemente le castigaron muchas veces (incluso con castigos físicos) por hablar gallego, y le transmitieron que sólo los paletos hablan así. Pero lo cierto es que ni hablar gallego (o asturiano) es hablar mal, ni es de paletos. Y además, es falso que los pueblos tengan un nombre en asturiano/gallego y otro en castellano.

¿Cómo y por qué se castellanizan los topónimos?


Como vengo insistiendo en los dos post anteriores, en Asturias se desarrollan históricamente el asturiano y el gallego-asturiano, así que es normal pensar que los nombres de los pueblos también se desarrollan en esas lenguas. Algunos, incluso, ya existían antes (piensa que Xixón ya era una ciudad romana), y después evolucionan desde el latín a la lengua que la gente habla en ese territorio. Es decir, si la gente que vive en Xixón habla latín, y ese latín evoluciona al asturiano (y no al castellano, al aragonés o al rumano), pues el nombre de ese sitio también evolucionará a esa lengua.

Es verdad que estamos acostumbrados a oír y leer nombres como “Gijón”, “Figueras”, “Vegadeo”, “Fuejo”... y pensamos que son nombres castellanos, pero, para tu sorpresa te diré que esas palabras no son castellanas. ¿Qué significa en castellano figuera o fuejo? No hace falta conocer mucho castellano para ver que no significa nada, en cambio en gallego asturiano As Figueiras (que es un pueblo de Castripol) quiere decir “las higueras”, y en asturiano Fueyu (que es un pueblo de Grau) quiere decir “hoyo”. Son palabras que sí que existen en estas lenguas y tienen un significado muy claro, que nos permiten ver que el nombre no es castellano. Lo mismo pasaría con otros menos claros como La Felguera. Felguera es una palabra asturiana que quiere decir helecho. En castellano ese pueblo habría de llamarse “La Helguera” (aunque sea una palabra que no se usa hoy en castellano). Lo mismo pasa con Llanes, Mieres, Meres... que consideramos castellano, pero que no lo son.

Evidentemente no me sé el por qué de los nombres de todos los pueblos de Asturias, aunque si te interesa hay una página web, http://mas.lne.es/toponimia , donde el profesor García Arias explica el por qué de los nombres de los pueblos y cómo evolucionaron.



Foxos (Coaña). Un foxo es un hoyo. Un fojo no significa nada. Curiosamente en el nombre del lugar
castellanizan el topónimo, pero en el de la playa no. En las playas se suele respetar más la toponimia.
Nos encontramos con la paradoja de que "la playa de Fojos es Foxos".


Entonces... ¿si el nombre original de los pueblos de Asturias no es en castellano, por qué decimos Oviedo, Gijón, Figueras o Vegadeo? Hay muchas razones, una de ellas es que los funcionarios y las administraciones públicas consideraron el asturiano y el gallego como lenguas de paletos, como hablar mal. Así llegaron a conclusiones simplistas del estilo si los aldeanos dicen xamón pero bien dicho es jamón, Xixún tendrá que ser “Gijún”. Otros casos son claramente traducciones, así si un lugar se llama El Llugarín y en el cartel aparece “Pueblo”, simple y llanamente el funcionario de turno tradujo, aunque en El Llugarín nadie llamase al pueblo de otra forma. En otros casos se coge una grafía antigua, que ya nadie pronunciaba, y se da como la buena, porque es la que aparece escrita, y a fuerza de ser la oficial se resucita. Hay casos en los que, incluso, los errores a la hora de escribir (los documentos antiguos se escribían a mano) hacen oficial un nombre extraño, como pasó en Nogueiróu (Grandas), que castellanizaron como Nogueirón, muy probablemente porque alguien escribiese mal la u final, manteniendo oficial un nombre sólo porque alguien se equivocó al escribirlo.

Hay casos particularmente chocantes, como el de A Veiga, que se conoce en castellano como Vegadeo, pero sólo desde el s. XX, porque antes su nombre oficial era “Vega de Ribadeo” (tenemos la forma tradicional A Veiga, aunque por lo que me dijeron también se recogió A Veiga de Ribadeo). El nombre oficial era Vega de Ribadeo porque Ribadeo significa “ribera del Eo”, y A Veiga está en la ribera del Eo. Además, lo que hoy llamamos Eo-Navia (más o menos) también se conoció en la Edad Media como Tierras de Ribadeo, aunque este Ribadeo no tenga nada que ver con la villa gallega que se llama igual, Ribadeo (o mejor dicho, sí tienen que ver, porque los dos recogen el nombre de la ribera del Eo, en la que están). La piquilla entre A Veiga y Ribadeo era más o menos grande, unos gallegos, otros asturianos, unos una villa importante en la desembocadura de la ría, otros una villa más o menos importante en la zona alta de la ría... Así que a principios del s. XX la gente de “Vega de Ribadeo” decidieron que no querían llamarse “de Ribadeo”, porque no querían que se los vinculase de esta forma con sus vecinos gallegos. Tomaron medidas legales y consiguieron cambiar el nombre del pueblo por Vega del Eo – Vegadeo. Pero lo cierto es que nunca se le había llamado así al pueblo, ni en las calles ni en los papeles, porque en las calles siempre había sido A Veiga y en los papeles Vega de Ribadeo. Algo parecido le pasó a San Esteban (Muros), llamado oficialmente San Esteban de Pravia, porque Muros perteneció a Pravia, se le cambió el nombre por San Esteban de Bocamar, para que quedase claro que no pertenecían a Pravia. Como si yo convenzo a mis vecinos y decidimos llamar a mi pueblo Miami o Moisogrado (la ciudad de Moisés). Puede decirse que es muy democrático (por decirlo así) que mi pueblo se llame Moisogrado, pero no puede decirse que sea como siempre se llamó. Y que nadie se ría, que cuando El Ferrol del Caudillo pasó a denominarse oficialmente Ferrol, muchos plantearon que “siempre se llamó así”.


A Veiga fue llamada "Vegadeo" porque el anterior nombre oficial
(Vega de Ribadeo) no gustaba a sus vecinos. Hoy tanto A Veiga como
Vegadeo son oficiales.


Pero en Xarrio la gente jura y perjura que nunca se dijo Xarrio. Hay topónimos con más vitalidad unos que otros. Es evidente que hoy la mayoría de la gente dice Gijón, pero plantear que topónimos como Les Campes (Uviéu), Xarrio (Coaña), Morea (Ayer)... son nombres que no se dicen, es desconocer probablemente a las personas originales del lugar. Si me diesen un euro por cada vez que oigo Aquí nunca dijimos Xarrio ahora sería rico. Si me diesen un euro por cada vez que oigo Xarrio, ahora Bill Gates estaría limpiándome el baño. Os voy a contar una anécdota que refleja la paranoia de algunas personas...

Estaba yo precisamente en Xarrio, en un bar esperando por una persona, y a la puerta del bar había un cartel que anunciaba un partido de fútbol amateur. El cartel ponía “Jarrio-Folgueiras”. Al otro lado de la barra había dos señores tomando algo, y uno de ellos, indignadísimo con el cartel, decía: «¿Folgueiras?, aquí nunca se dijo Folgueiras, siempre se dijo Folgueras [lo que doy fe, porque vivo a un kilómetro o así, que no es cierto], y además, si quieren ponerlo así, deberían poner también Xarrio, que tampoco, porque nunca dijimos Xarrio, siempre dijimos “vamos al colegio de Jarrio”». Evidentemente el señor, exactamente igual que yo, decía colegio de Jarrio, porque así lo llamaban en el colegio, que castellanizaban los nombres, y porque recuerdo que lo primero que hacíamos al llegar a clase era escribir Jarrio, tal día, de tal mes, de tal año. En definitiva, porque la institución escolar denominaba el pueblo en su forma oficial, no en la que usábamos todos en el día a día, igual que pasa con el hospital. Pero eso no quita que la gente llame expontáneamente, incluso gente joven, al lugal Xarrio, incluso al referirse al hospital, Fulano ta ingresao en XarrioPor otro lado, si aquí nunca dijimos Xarrio, ¿cómo puede ser posible que sepa que el cartel debería poner Xarrio en lugar de Jarrio?



Letreros en aranés (Valle de Arán - Lleida) y en bretón (Bretaña - Francia).
El turismo no se resintió negativamente porque estas dos comunidades usen
sus respectivas lenguas. La gente sigue yendo al Valle de Arán a esquiar, y no se pierden.

Pero... si ponemos los nombres de los pueblos en asturiano la gente de afuera no se van a enterar de dónde están... Realmente no creo que haya muchos noruegos que vengan a Cuaña. Sin duda ni los noruegos ni los madrileños ni los ovetenses deben de tener muy claro qué es y dónde está Xarrio, pero me parece que tampoco saben qué es ni donde está Jarrio. Por otro lado nadie que haya querido llegar a Londres se perdió nunca porque allí digan (y pongan en todas las señales) London, ni nadie deja de viajar a China porque Pekín sea ahora Beijing, ni deja de viajar a Galicia porque Orense sea Ourense. Nadie se perdió nunca por eso, ni dejó de viajar nunca por eso. Es más, creo que la gente que viene de otras tierras, lo que busca en la nuestra es nuestra cultura, y nuestras lenguas forman parte de nuestra cultura. Forman parte de nuestra cultura de manera muy importante, porque en estas lenguas se transmitió esta cultura, y porque si un pueblo se llama Roces, es porque allí se rozó (se limpió) el monte para poder tener tierras de cultivo, y si se llama As Figueiras es porque había figueiras (higueras) o si se llama Pumarín es porque hubo pumares (manzanos) y, probablemente, producción sidrera. Es por eso que los nombres de los pueblos significan cosas, algunas de forma más clara que otras, pero todas tienen significados, y no tiene ningún sentido intentar transformar esos nombres de modo que ya no signifiquen nada en una lengua en la que no se desarrollaron.


La toponímia tradicional se ajusta a la cultura del lugar,
va acorde con ella. A Cova del Demo (Bual), por ejemplo,
se llama así por las pinturas rupestres que alberga

Topónimos bilingües. Una vez una persona me dijo que estaba a favor de todo esto del asturiano, pero que él era de origen gallego y no le parecía justo que en su DNI pusiera A Coruña y no pudiese escoger poner La Coruña, aunque no se quejó porque en el mío ponga Oviedo y no pueda escoger Uviéu, aunque su razonamiento era que cada uno lo tenga como quiera. La cuestión es que los nombres de los pueblos no son una cuestión de democracia. No tiene ningún sentido votar si queremos que la capital de Asturias se llame Oviedo o Uviéu, porque si vamos a hablar de democracia, podemos plantear que se abran las posibilidades (no es democrático votar únicamente entre dos opciones, lo realmente democrático es votar entre tantas opciones como se nos ocurran), así podríamos votar que queremos que la ciudad se llame Vetusta, igual que hicieron en A Veiga sacándose Vegadeo de la manga (por más que hoy esté más o menos generalizado, sobre todo en el resto de Asturias, y prácticamente por motivos turísticos). Personalmente sí soy partidario que algunos lugares como Xixón/Gijón o Uviéu/Oviedo puedan tener denominación bilingüe, porque por un lado son topónimos ya muy extendidos en castellano y por otro son topónimos que tienen proyección en el ámbito estatal. Pero, ¿realmente tiene sentido oficializar una denominación bilingüe para todos los pueblos? Creo que no, y el criterio del Principado de Asturias no es ése. La Ley de Uso y Promoción del Asturiano, por un lado, y la propia Xunta de Toponimia, por otro, establecen que los nombres oficiales han de ser sólo los tradicionales (que determinan expertos, no desde los despachos, como hay quien cree, si no pisando todos los pueblos de Asturias y haciendo estudios con los hablantes patrimoniales del lugar). Sólo se usan topónimos bilingües cuando la forma no tradicional ya está muy generalizada, por eso se oficializó Xixón/Gijón o A Veiga/Vegadeo, pero... ¿Tiene sentido oficializar Grau/Grado cuando es más que evidente que “Grado” no lo dicen ni los hablantes monolingües de castellano? No vamos a decir nada de denominaciones bilingües sin sentido ninguno, como Valbona/Balbona, que suenan exactamente igual (y que además viene claramente de valle) o como A Reigada/Arreigada (que viene de raigón, raíz, y donde la A es, claramente, un artículo). Evidentemente, no creo que escribir únicamente Grau o Valbona atente contra el castellano.
Sobre las b y las v en los nombres de los pueblos, y sobre las formas castellanas (que realmente no son castellanas) de los nombres de nuestros pueblos sólo poner un ejemplo con Vaḷḷouta, que viene de vaḷḷe outo, vaḷḷe alto. Este pueblo oficialmente se llama “Ballota”, quitándole la ḷḷ con la que la gente de allí dice ḷḷeite, ḷḷobu... y poniéndole una inexplicable b. Tanto es así que una amiga mía creía que “Ballota” podía venir de bellota, cuando si vemos la toponimia asturiana (y otras), vemos que son muy comunes los nombres de árboles, pero no de sus frutos. Así tendremos El Carbayín (quien me diga que esto es un nombre castellano...), Carbayéu, Carbachu, Carballo, Robéu (porque sí, en asturiano se dice carbayu, pero también roble y rebollu, una es una palabra latina y la otra prelatina), pero no Bellota.



El nombre oficial de la mayoría de los pueblos de asturias es el tradicional,
en asturiano o gallego-asturiano. "Infiesto" o "Santa Eulalia de Cabranes"
no son oficiales, ni en asturiano ni en castellano, siendo oficial L'Infiestu
y Santolaya de Cabranes.


Es importante recordar que la inmensa mayoría de los concejos asturianos oficializaron ya los nombres tradicionales de los pueblos o están en esa tarea. Así A Caridá, Grau, Xixón... son nombres oficiales, es decir, es el nombre legal, y eso no tiene nada que ver con el hecho de que el asturiano o el gallego-asturiano sean oficiales. Aquí puedes ver la oficialización de la toponimia asturiana.

Oficialidad:

Y, como es natural, hablar del asturiano, del gallego-asturiano y de la toponimia asturiana, deriva, comunmente, a hablar de la oficialidad.

La oficialidad es imposición, y no me gustan las imposiciones, oigo muchas veces a mucha gente que no se queja contra la oficialidad del castellano, y que, además, pretenden que use siempre el castellano porque es la lengua oficial del estado.

Vamos a partir de una idea, hay muchos modelos de oficialidad, y no son todos iguales. A grandes rasgos que una lengua sea oficial quiere decir que las instituciones reconocen la existencia de esa lengua, la regulan, establecen unos criterios de política lingüística y garantizan a todos los usuarios de esa lengua a usarla sin ningún tipo de impedimento. ¿Quién puede negarse a eso? Más allá de eso, no es muy difícil darse cuenta de que el modelo de oficialidad vasco no es el mismo que el catalán. Evidentemente la oficialidad impone determinadas cosas, por ejemplo, impone a los funcionarios conocer la lengua oficial. Así pasa con el castellano, y nadie parece preocuparse por esa imposición. Es evidente que una persona que tenga que atenderme, si no sabe asturiano/gallego-asturiano, no va a poder atenderme en estas lenguas, y, por lo tanto, no quedará garantizado mi derecho a que me atiendan en estas lenguas.

La oficialidad no significa, en ningún momento, que vaya a haber un guardia de la porra persiguiendo a quien vaya por la calle y no hable asturiano/gallego-asturiano. No significa eso, del mismo modo que no hay un guardia de la porra persiguiéndo por la calle a quien no hable castellano, que es oficial.

La oficialidad no significa que se vaya a echar de Asturias a quien no sepa o asturiano o gallego-asturiano (que alguien pueda pensar eso me da la risa), del mismo modo que no se hecha a quien no sepa castellano.

La oficialidad significa que todo el mundo pueda recibir la educación en asturiano o gallego-asturiano (más allá de una simple asignatura).

La oficialidad significa que todo el mundo puede acceder a la cultura en cualquiera de las lenguas oficiales.

La oficialidad significa que pueda ser atendido en mi lengua en los lugares públicos.

La oficialidad significa, simplemente, que todas esas cosas que tú haces día a día en castellano (desde ir al Ayuntamiento, a la escuela, al cine...), yo pueda hacerlas en gallego-asturiano o en asturiano, y que tú puedas hacerlas, si quieres, en castellano.
Quien sabe, quizá si te acercas a estas lenguas veas que no son tan opacas, quizá te gusten, quizá decidas aprenderlas...


Casa Concello del Franco. Aunque hay Ayuntamientos
que sí te atienden en gallego o asturiano,
éste no es un derecho que se garantice en ningún momento.


En nuestras vidas diarias hacemos muchas cosas, y prácticamente todas las hacemos a través del lenguaje, y, por lo tanto, de una lengua. Salimos de casa y vamos a trabajar y trabajamos en una lengua. Vamos a clase y estudiamos en una lengua. Vamos de compras y compramos en una lengua. Vamos al cine y vemos una película en una lengua. Tomamos unas cañas con los amigos y lo hacemos en una lengua...

Hasta ahora yo puedo leer en asturiano/gallego-asturiano, charlar con mis amigos en asturiano o en gallego-asturiano, tomar unas cañas con ellos, voy a un bar y puedo perdir en asturiano o en gallego-asturiano...

Bien, hago esas facetas de mi vida exactamente igual que tú. Pero hay otras que no puedo hacerlas igual que tú. No puedo poner la tele e informarme en asturiano o en gallego-asturiano, no puedo ir al cine en ninguna de estas lenguas, ni puedo ir a gestionar un papel del Ayuntamiento en alguna de estas lenguas... En definitiva, hay muchas cosas en mi día a día que no puedo hacer con normalidad en la lengua que para mí sea normal expresarme. ¿Te imaginas? Parece una tontería, pero piensa en toda la gente que se va al extranjero, que vive en otra lengua, en inglés, por ejemplo. Y de repente se topa con un español. ¿A que una de las cosas más comunes es oírle decir que se alegra de poder hablar castellano? Es una tontería, si yo sé inglés, ¿por qué me alegra poder hablar castellano?  Pero seguro que a ti, de vivir en Inglaterra, te alegraría aunque sólo fuese de vez en cuando, hablar castellano. 

Facultad de Filosofía y Letras (El Milán), Universidá d'Uviéu. A pesar de ser el campus de
humanidades de la Universidad asturiana, y a pesar de que los Estatutos de la Universidad
garantizan que se pueden presentar tesis en asturiano, varias personas vieron como les negaban
presentarlas, y otras muchas prefirieron no hacerlo para ahorrarse problemas.


Pues ahora imagínate que es aquí, en tu propia ciudad, en tu pueblo, donde no puedes ir a un Ayuntamiento, ver una película o hacer un examen en castellano. ¿Lo entiendes? Esa es la situación que vivimos muchos asturianos todos los días, exactamente los asturianos que decidimos usar una de las otras dos lenguas de Asturias, las que no son el castellano.

Y aquí no tiene nada que ver que el interlocutor te entienda o no, conozco a varias personas que no pudieron exponer sus tesis doctorales porque estaban escritas en asturiano, a pesar de que tanto los directores de las tesis como los tribunales no ponían ninguna objeción, la Universidá d’Uviéu no consintió que se hiciese. Recientemente otra persona que conozco decidió presentar su tesis en castellano precisamente para evitar que pasen años y años sin poderla ver publicada por un bloqueo institucional, aunque todos los que tengan que leer la tesis estén de acuerdo.

Eso es lo que queremos los que queremos oficialidad. Poder hacer todo lo que tú haces en castellano, en asturiano o en gallego-asturiano. Vivir con normalidad en nuestra lengua. Y vivir en normalidad es, simple y llanamente, desarrollar cualquier faceta de nuestra vida, privada o pública, y para que estas lenguas que son parte de nuestra identidad colectiva, de lo que somos, de lo que es Asturias, no muera. Porque Asturias es Asturias por muchísimas cosas, pero una de ellas, y nada baladí, es su cultura y sus lenguas.


En la vida de las personas hay muchas facetas, públicas, privadas...
y todos queremos poder vivir esas facetas en nuestra propia lengua.


segunda-feira, 7 de janeiro de 2013

A mi amigo castellano hablante (II).

Hemos hablado un poco en el anterior post de la lengua asturiana, de qué es y dónde se habla... Más o menos pudimos hacer un resumen muy de andar por casa, eso sí, de qué es la lengua asturiana, dónde se habla... Pero al principio del post leíste que los que leen normalmente El Paporrubio saben que la lengua vehicular de este blog es el gallego-asturiano. Ummm, ¿qué es eso del gallego-asturiano?

Gallego/gallego de Asturias/allego-asturiano/eonaviego.


Una cosa que me dicen muchos amigos castellano hablantes (especialmente los que son de fuera del Eo-Navia) es “¿si eres asturianista cómo es que defiendes el gallego?” Bien, como te dije, el asturiano se habla también fuera de Asturias, sin que ello haga que los leoneses o los mirandeses (los señores de ese sitio de Portugal, Miranda del Douro) sean asturianos. ¿Por qué es tan raro que se hable otra cosa que no sea asturiano en Asturias? Por ejemplo, en España se hablan muchas lenguas, ¿no? Pues en Asturias también. Y una de esas lenguas es el gallego.

¿Pero qué no es eonaviego? A ver, éste es un tema en el que hay muchas discusiones, así que por culpa de explicarte esto me voy a ganar unos cuantos enemigos, así que espero que la próxima vez que nos veamos me invites a algo. En el post anterior te dije que el asturiano tenía muchos nombres (asturiano, bable, leonés, asturiano-leonés...) pues bien, el gallego-asturiano también tiene muchos nombres. Gallego-asturiano y eonaviego son, hoy, los más conocidos, a fala es otra expresión muy común (aunque poco concreta, porque a fala quiere decir “el habla”, “la lengua”, y es poco decir, porque todos hablamos en algún habla y en alguna lengua), y otras personas preferimos hablar de gallego o gallego de Asturias.

Como ya dije, las lenguas que vienen del latín nacieron, más o menos, en torno al s. V, antes de que existiese el Reino de Asturias y, por supuesto, antes de que existiese el Reino de España. Desde luego, cuando nacieron las lenguas latinas aún no existía la idea de la nación. Como te dije antes, aunque sigas sin creerme, las lenguas, como tal, no existen. Somos nosotros los que ponemos una barrera entre una y otra para diferenciarlas, porque está claro que un señorín de Oslo no habla igual que uno de Coaña. Pero, ¿dónde está la barrera entre una lengua y otra? Si coges la lengua de la escuela te parecerá muy claro, pero es que la lengua de la escuela es un tanto artificial. Y desde luego, puede que pienses que la frontera entre una lengua y otra es una frontera política. Es decir, en España se habla castellano, en Francia francés y en China chino.

El Eo-Navia es el sitio donde se habla gallego-asturiano, se compone de los concejos 
de San Tiso d'Abres, A Veiga (Vegadeo), Castripol, El Franco, Cuaña, Bual, Eilao (Illano), 
Santalla d'Ozcos, Samartín d'Ozcos, Vilanova d'Ozcos, Grandas, Pezós, Ibias 
(menos las parroquias de El Vau y A Estierna) y las mitades occidentales de Navia, 
Villayón y Ayande. Aquí es donde se habla gallego-asturiano 
(junto con el concejo gallego de Negueira).


Vale, pero sabes que en España se habla catalán y... ¡en el sur de Francia también! Sabes que en Alemania se habla alemán... ¡igual que en Austria y Suiza! Como te dije, en León se habla asturiano (leonés), aunque también se habla gallego (en El Bierzo, en Zamora...). Y, como te dije, el castellano no se habla en Burgos igual que en Toledo, es más, no se habla igual en todos los pueblos de Burgos, pero no por eso deja de ser todo castellano, del mismo modo no en todos los puenlos de Cataluña hablan igual catalán, ni en todos los pueblos de Isla de Francia (la región donde está París) hablan igual el francés.

Para que me entiendas, en la frontera entre dos lenguas hablan más parecido que lejos de esa frontera. Un señor que hable castellano en la frontera (hablo de fronteras lingüísticas, no políticas) entre el portugués y el castellano, habla más parecido al portugués que uno que esté muy lejos de Portugal. Y un hablante de portugués que viva cerca de la frontera con el castellano hablará más parecido a un español que un señor de Lisboa. Pero no por eso uno deja de hablar portugués y el otro castellano.

¿Cómo se ponen las fronteras entre las lenguas? Es difícil de explicar, porque tampoco soy filólogo. Pero grosso modo la frontera la ponemos allí donde la forma de hablar se diferencia más claramente. Además los filólogos establecen qué características lingüísticas son las más importantes para definir una lengua.

Los filólogos, entonces, establecen que el asturiano es una lengua distinta del castellano, algo que los hablantes ya intuíamos (porque siempre hablamos de el castellano y el asturiano), y también que el gallego-asturiano es una lengua distinta del asturiano. La mayoría de filólogos establecen que el gallego-asturiano es una variedad del gallego-portugués (¿te acuerdas que te dije que el portugués y el gallego son una misma lengua?). Pero es una variedad del gallego-portugués muy parecida al asturiano, por eso Dámaso Alonso, que era un filólogo que estudió mucho muchísimo la forma de hablar del Occidente de Asturias, lo llamó gallego asturiano, porque «son hablas fundamentalmente gallegas con rasgos asturianos».
Lo que pasa que gallego-asturiano es un palabro un poco jodidillo, porque cuesta entender de qué hablamos, y muchos piensan que es “gallego y asturiano”, o una mezcolanza...


El cambio gradual de una lengua a otra se llama continuum lingüístico.
En la imagen el continuum lingüístico entre el asturiano y el gallego.


¿Dónde se habla el gallego-asturiano? El gallego-asturiano se habla, más o menos, entre los ríos Eo y Navia. A ver, que no cogí la escuadra y el cartabón, en realidad la frontera es el río Frexulfe, un poquito más al este. Los municipios que hablan gallego-asturiano son los 18 más occidentales, si bien en Navia, Villayón y Ayande se habla en una mitad asturiano y en la otra gallego-asturiano. Esta zona tuvo muchos nombres, pero los más normales son Navia-Eo, Eo-Navia (yo uso más el segundo, pero es una manía personal, un gusto que tiene un razonamiento, pero tampoco lo voy a explicar ahora), aunque también se usa Entrabasauguas (más raro, eh, en este caso se resucita una expresión medieval). Bueno, más que nada te lo digo porque a partir de ahora voy a hablar del Eo-Navia, y así me entiendes lo que quiero decir. El Eo-Navia es el sitio de Asturias donde se habla gallego-asturiano.

¿Entonces... el gallego-asturiano es una mezcla de gallego y asturiano? No, no, que nos liamos. No es una mezcolanza, ¿por qué? Porque para ser una mezcla querría decir que en el Eo-Navia se hablaba una de las dos lenguas, luego llegó un montonazo de gente que hablaba la otra y se mezclaron. Algo así es lo que pasó en Gibraltar, donde hablaban castellano (castellano andaluz, para más señas), luego fueron británicos y les metieron el inglés, y por eso hablan llanito. O es lo que le pasa a los panameños que hablan spaninglish, ellos hablaban castellano, como tenían muchan influencia de los EEUU se les fue pegando el inglés. O sea, que primero estaba una lengua, luego llegó la otra y se mezclaron. Pues bien, eso no es lo que pasó en el Eo-Navia.

¿Qué pasó en el Eo-Navia? En el Eo-Navia se hablaba latín (vale, en el Eo-Navia y en media Europa), y ese latín fue evolucionando al gallego-portugués que se habla hoy, que llamamos gallego-asturiano o eonaviego. Vamos, lo mismo que pasó con el castellano que se habla en Huelva, no hubo mezcolanza ni nada. Lo que pasa que ese gallego-portugués tiene rasgos en común con el asturiano-leonés porque la proximidad es un factor, pero ni se trata de una mezcla ni de una transición única en el mundo, ya que las transiciones entre lenguas son lo más común.


Las pequeñas diferencias lingüísticas existen en todas las lenguas. Aquí una diferencia
en el castellano de Andalucía, en unos sitios dicen cesión, en otros sesión y en otros ceción.


Pero... En Ibias dicen que hablan asturiano... Realmente, tengo que decir que nunca estuve en Ibias, por lo que no sé qué dicen allí, pero sí que me sorprende la cantidad de gente que conoce la opinión de las personas de Ibias aunque no conozcan a ningún ibiano, o que todo el mundo tenga un amigo de Ibias. Desde el principio me marqué la finalidad de no ser demasiado técnico, y no pretendo serlo. Pero veamos, realmente las encuestas y otros estudios sociolingüísticos indican que la gente en el Eo-Navia tiene un poco un cacao mental respecto a lo que se habla en su territorio. Esto no es raro, y le pasa a mucha gente que vive en sitios fronterizos. Por ejemplo en Olivenza (Badajoz) muchas veces la gente niega que allí se hable portugués, "eu não falo português, falo espanhol", como llegó a escuchar un amigo mío... ¿Por qué? Desde el s. XIX los románticos, y posteriormente los nacionalistas afirmaron que la patria y la lengua van de la mano, hasta el punto de que si hablas una lengua perteneces a un país, y si perteneces a un país, hablas una lengua. Es por eso que el nacionalismo alemán interpretó que Austria y los Sudetes de la entonces Checoslovaquia eran Alemania, o por lo que el nacionalismo francés determinó que todos los franceses tenían que hablar francés, y no occitano, vasco, bretón, galó, catalán, alsaciano, corso...

Las encuestas nos dicen que en el Eo-Navia la gente no dice que habla asturiano, sino otra cosa (chapurriao, fala, u otros términos que, curiosamente, se usan en otros territorios, como en La Franja de Aragó, donde se habla catalán). Pero las encuestas son manipulables... Bueno, si no te fías de las encuestas, fíate de mi experiencia personal, que llevo toda la vida viviendo en Cuaña. Pero tu experiencia es sólo tu visión... Efectivamente, te invito a que pases dos meses en el Eo-Navia para cerciorarte de que digo la verdad. No todo es opinable, porque yo puedo creer que la Tierra es plana, pero la ciencia nos dice que no. La ciencia filológica nos dice que la filiación lingüística de lo que se habla en el Eo-Navia es la que es. Como te dije, el gallego-asturiano existe antes de que existiese Asturias como tal. También hay gente que dice (y soy testigo) "eu falo castellano, aquí nunca nun se falóu outra cousa".

¿Y eso de eonaviego? A algunos, por hache o por be, no les acaba de convencer la expresión gallego-asturiano. A unos porque incluye la palabra gallego, a otros porque incluye la palabra asturiano y a otros porque es una expresión un poco rara, dos palabras unidas por un guion... Así que prefieren llamarlo eonaviego, porque de habla en el Eo-Navia. 

¿Qué expresión es mejor? Personalmente, como puedes ver, utilizo la expresión gallego de Asturias, aunque antes usaba la expresión gallego-asturiano. Igual que el asturiano también se puede llamar leonés, y aunque yo lo llame asturiano me parece perfecto que otra gente lo llame leonés, porque es lo mismo (podemos decir que en Xixón se habla leonés y no pasa nada, igual que decimos que en Babia se habla asturiano), o igual que el castellano y el español son la misma cosa (a veces castellano hablantes de España y de América Latina entran en discusiones completamente ridículas, a mi parecer, sobre el castellano, el español, el latino... aunque todos ellos tienen más o menos claro que están hablando una misma lengua). En definitiva, está claro que el nombre de una lengua es importante. Así, cuando hablamos de asturiano o leonés, hoy intentamos evitar la expresión bable, porque esa expresión llegó a tener tintes peyorativos, lo mismo pasa con el aragonés, que se evita usar la expresión fabla (entre otras cosas porque fabla significa habla, y todos hablamos habla), o por la misma razón se evita la expresión fala para el gallego de Asturias (porque es no decir nada). El problema no es tanto el término que usemos sino reconocer o negar la realidad que vivimos. Realmente es irrelevante decir español o castellano, porque todos entendemos que con ambos términos nos referimos a la misma lengua. Con los términos asturiano y leonés, puede pasar que no siempre esté claro, pero, en líneas generales, no se suele discutir que son dos nombres para la misma lengua. En el caso de eonaviego, gallego-asturiano y gallego/gallego de Asturias, nos encontramos con gente que, por las razones idelógicas que explicamos arriba, no quieren ver con normalidad que en una parte de Asturias se habla gallego.

¿Si es gallego-portugués por qué se escribe distinto del gallego y del portugués? Podríamos preguntarnos por qué el portugués y el gallego se escriben distinto, pero eso ya es un jaleo de la hostia, y hay mucha gente discutiendo por eso, porque hay gallegos que quieren escribir como los portugueses. Y por supuesto hay gente del Eo-Navia (vamos a llamarlos eonaviegos, para entendernos) que quieren escribir como los gallegos, otros como los portugueses y otros a nuestra bola, como hago yo. ¿Por qué? Bueno, honestamente, no sé por qué.

Lo que tienes que tener claro es que no es nada raro. Eso pasa en muchas lenguas. Por ejemplo, el serbo-croata es una sola lengua, pero la hablan dos pueblos distintos, los serbios y los croatas (vale, supongo que ya sabías qué pueblos eran), y aunque es una misma lengua escriben distinto. Mira si escriben distinto que los croatas escriben con alfabeto latino (como nosotros) y los serbios con alfabeto cirílico (como los rusos). Los mismo pasa con el samii. El samii (que también se le llama lapón) es una lengua que habla un pueblo nómada del norte de Europa, los samii (o lapones), que viven entre Suecia, Noruega, Finlancia y Rusia. La lengua es la misma, pero los samii suecos escriben de una forma, los noruegos de otra... ¡y los rusos con otro alfabeto! También en alfabeto cirílico. Lo mismo pasa con el asturiano, aunque los asturianos y los leoneses escribimos más o menos igual, los mirandeses (aquellos de Portugal) escriben a su bola, porque copian del portugués las normas. Lo mismo pasa con el gallego-portugués.

Puede parecerte raro, ¿cómo va a ser la misma lengua si se escribe distinto? Mira, te voy a poner una prueba. εστο κε εστάς λειενδο, αουνκε νο λο παρεζκα, ες καστελλανο (esto ke estás leiendo, aunke no lo parezka, es kastellano, aunque lo escriba en un alfabeto distinto, o aunque lo escriba en nuestro mismo alfabeto pero con otras normas). Si eskribo que la baka es pekenha tambien estoi eskribiendo kastelhano (si escribo que la vaca es pequeña también estoy escribiendo castellano).
¿Te convences ya de que una cosa es cómo es la lengua y otra cómo escribimos?



fija las normas del gallego-asturiano.


¿Entonces todo el mundo puede escribir gallego-asturiano como le venga en gana? Bueno, por poder sí, claro, exactamente igual que, por poder, todo el mundo puede escribir castellano o alemán como le dé la gana. De hecho hace un rato te escribí de distintas formas en castellano. Las normas son sólo algo que unos señores se inventan para hacer más fácil y cómodo escribir y usar una lengua, y que los demás aceptamos o no. Pero el castellano tiene unas normas. Efectivamente, y como verás, yo sigo esas normas, pero te sorprenderá saber que Juan Ramón Jiménez, un gran escritor en lengua castellana, escribía cosas como jente o jeneral. ¿Por qué? ¿No sabía escribir? Evidentemente este buen hombre sabía escribir perfectamente, pero consideraba que no tenía sentido diferenciar con dos letras un mismo sonido. Vale, eso no es lo común, del mismo modo que lo común no es escribir gallego-asturiano como te dé la gana, sino siguiendo sus normas.
¿Existe una norma para el gallego-asturiano? Sí. En los años 80 la Mesa pola Defensa del Galego de Asturias (MDGA) establece una propuesta de normas. La MDGA era una asociación cultural, y como tal, no fijaba normas, pero sí podía proponerlas (del mismo modo que en los 80 la Associaçom Galega da Língua, AGAL, propuso una norma para el gallego). Esa norma nunca se aceptó oficialmente, y en 1993 el Gobierno del Principado de Asturias edita otra propuesta de normas distintas. En 1996 el Principado determina que la Academia de la Llingua Asturiana tiene que ser la que gestione el gallego-asturiano y crean la Secretaría Llingüística del Navia-Eo, que en 2007 edita las Normas ortográficas del gallego-asturiano, que son las normas oficiales del gallego-asturiano. Cuando el Gobierno de Asturias o los ayuntamientos, o cualquier otra institución pública usa el gallego-asturiano lo hace usando estas normas, que son las que se enseñan en las escuelas.



 

Las normas de las lenguas son una convención, un invento, algunas más aceptadas que otras.
El reintegracionismo es un movimiento que defiende otras normas para el gallego.
A la izquierda un cartel en gallego reintegrado. A la derecha el logotipo de la
Associaçom Galega da Língua, que no sigue las normas de la Real Academia Galega.


Entonces... ¿Da igual usar una norma u otra? Aquí cada uno defiende una cosa... Pero en mi parecer, no es lo mismo. No porque no se pueda, claro que se puede, y se hace... pero entiendo que si la ciencia filológica reconoce que lo que se habla entre el Eo y el Navia (el Frexulfe, para ser exactos) es una misma lengua... ¿Qué razón hay para no escribir con un mismo modelo? Vale, pero lo que se habla a un lado y otro del Miño... Pues, exactamente podemos plantear la misma cuestión, si la Filología nos dice que tenemos una lengua llamada gallego-portugués, esto es que el gallego y el portugués son la misma lengua... ¿Qué razón hay para no plantear un acercamiento? Evidentemente tanto en Galicia como en la Asturias de lengua gallega tenemos una Historia, a menudo de prejuicios, y unas dinámicas que difieren de las dinámicas de Portugal y del resto de la Lusofonía (los países que hablan portugués), y por eso, por cuestiones extricamente sociales, de usos, de costumbres... es normal que el acercamiento no se dé de golpe, que haya gente que vea esos acercamientos con reparo... Además, cabe entender que partimos de que la mayoría de la gente (en Galicia ya no, pero en Asturias muy claramente) está alfabetizada únicamente en castellano y que los hablantes de gallego ven en el castellano la lengua techo, por razones que tienen poco de lingüísticas y mucho de históricas y, sobre todo, políticas. Es por eso que yo pienso que tenemos que avanzar hacia una ortografía unificada en todos los países donde hablamos gallego-portugués (eso incluye esta parte de Asturias de la que estamos hablando), pero debemos entender las peculiaridades y los ritmos de cada lugar (y los ritmos del Eo-Navia son particularmente lentos)

¿Pero si dices que en el Eo-Navia se habla una lengua distinta que en el resto de Asturias, quieres decir que no es Asturias? No, no quiero decir eso en absoluto. De hecho, apuesto a que tú estás convencido de que Asturias es España, aunque se hable una lengua distinta. Pues lo mismo pasa con el Eo-Navia respecto al resto de Asturias. Sí, hablamos otra lengua, pero somos asturianos. De todos modos, más adelante hablaré de por qué somos asturianos y qué modelo de oficialidad defiendo, poco a poco. Quédate, de momento, con una idea básica, la gente del Eo-Navia hablamos una lengua distinta a la gente del resto de Asturias, pero somos asturianos porque, por un lado, nos sentimos asturianos (igual que la inmensa mayoría se sienten españoles, aunque hablen otra lengua), y por otro lado porque fuimos asturianos, como mínimo, desde el s. XII.

Asturias no es la única comunidad en la que se habla más de una lengua. Aragón,
Castilla y León, Extremadura, Cataluña... En la imagen, distribución del castellano,
el aragonés y el catalán en Aragón.

El asturiano y el gallego-asturiano son las dos lenguas
que históricamente se desarrollaron en Asturias.
El castellano se introdujo después y hasta el s. XX
no se convirtió en lengua mayoritaria. Las tres son
lenguas de Asturias, y las tres deberían gozar del mismo estatus.



Y como este post ya me alargué mucho más de lo que quería, y como tampoco quiero que se te caigan los ojos leyendo, te dejo hasta el próximo post.